APOYO EN EL DUELO

NIÑOS Y DUELO

La muerte es un evento natural. Los expertos coinciden en que no se debe proteger a los niños, ni siquiera a los más pequeños, de la muerte de un ser querido. Los niños tienen la capacidad de reconocer la muerte como un evento y la curiosidad de hacer preguntas sobre ella. El consejo general es hablar con el niño sobre la muerte de forma sencilla y sincera, de una manera apropiada para su edad.

section-image

Haz preguntas para determinar qué sabe el niño sobre la situación. Luego, puedes explicarle la situación de forma sencilla y honesta. Por ejemplo, puedes decir: "El corazón de la abuela se cansó demasiado y dejó de funcionar, así que murió". Es importante evitar dar respuestas que puedan confundir o asustar al niño, como "La abuela se durmió y no va a despertar" o "Dios se llevó a la abuela con los ángeles". Si bien estas frases tienen la intención de consolar y tranquilizar, el niño podría interpretarlas de forma mucho más literal. Por ejemplo, podría desarrollar miedo a dormirse porque podría sucederle lo mismo. Permite que el niño haga preguntas si quiere, pero no lo presiones si no responde. Un niño más pequeño podría hacer preguntas como "¿Dónde está la abuela ahora?" o "¿Está mi gatito en el cielo?". Los niños mayores pueden comprender más plenamente el carácter definitivo de la muerte y hacer preguntas más abstractas relacionadas con cuestiones de fe, el sentido de la vida, etc. Para cualquier grupo de edad, apéguese a respuestas simples y veraces en términos que el niño pueda entender.

¿CÓMO EXPLICARLE A UN NIÑO LA MUERTE DE UN SER QUERIDO?

La edad y el desarrollo emocional de un niño influirán en la forma en que experimentará el duelo.

DE 2 A 7 AÑOS

Hasta los 7 años, los niños ven la muerte principalmente como una separación. Esto puede causarles sentimientos de abandono y miedo. Pueden temer estar solos y no querer dormir solos ni ir a la escuela. Dado que los niños de esta edad no suelen ser hábiles para expresar verbalmente sus sentimientos, pueden "actuar" mediante conductas como rabietas, negarse a obedecer a los adultos o crear una vida imaginaria, acompañada de juegos de rol. Otros comportamientos, generalmente manifestados por niños de entre 2 y 5 años, pueden incluir problemas para comer, dormir, ir al baño o enuresis. Los niños muy pequeños, menores de 2 años, pueden negarse repentinamente a hablar y volverse más irritables en general.

DE 7 A 12 AÑOS

Los niños de este grupo de edad han comenzado a comprender la muerte como un evento permanente. Pueden considerarla una amenaza más personal para su seguridad, desarrollar miedo a morir o recurrir a conductas preventivas para protegerse, como aliarse con alguien que creen que puede protegerlos o centrarse en ser valientes o buenos. Otros simplemente se aíslan social o emocionalmente de los demás. Los síntomas pueden incluir problemas para concentrarse en las tareas escolares, dificultad para seguir instrucciones y dificultad para realizar las tareas cotidianas.

EDAD DE ADOLESCENCIA

Si bien los adolescentes comprenden y perciben la muerte de forma muy similar a los adultos, pueden expresar su duelo de forma diferente. Pueden reaccionar de forma más dramática o adoptar comportamientos imprudentes en un intento de "desafiar" la muerte. Conducir de forma imprudente, fumar, beber alcohol, consumir drogas ilegales o tener relaciones sexuales sin protección pueden ser formas de expresar sus ansiedades y sentimientos de duelo. En ocasiones, los adolescentes con dificultades para procesar su pérdida pueden tener pensamientos suicidas. Las señales de alerta de suicidio en niños y adolescentes pueden incluir la preocupación por la muerte, pensar o hablar abiertamente sobre el suicidio, o regalar pertenencias. Los padres de adolescentes que han perdido a un ser querido deben estar atentos a cualquier cambio en el comportamiento de su hijo y deben buscar asesoramiento profesional de inmediato si consideran que su hijo puede estar en peligro.